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sábado, agosto 20, 2005

Los que no se van

Vendrá la muerte y será una de esas visitas que no se va nunca. Una tarde cualquiera llegará con su guadaña, se sentará en el sofá de tu casa y empezará a contarte su vida. Pasarán las horas, se hará de noche y ella te seguirá relatando historias suyas y de su familia sin hacer caso de los signos cada vez menos sutiles con los que intentas hacerle entender que quieres que se largue de una vez. Seguramente pasarán unas doce o catorce horas antes de que comprendas que no se va a ir nunca, que estás muerto y que eso es la eternidad.


sábado, agosto 13, 2005

El paseo repentino, K.

Cuando alguien parece haberse decidido definitivamente a permanecer en casa, se ha puesto la bata, se sienta después de la cena a la mesa iluminada y emprende aquel trabajo o juego que, después de concluirse, según la costumbre, implica el irse a dormir; cuando fuera hay un tiempo desapacible, que hace el quedarse en casa algo evidente; cuando se permanece tranquilo tanto tiepo a la mesa que el levantarse e irse produciría asombro; cuando la escalera de la casa está oscura y el portal está cerrado; cuando, no obstante, alguien se levanta de repente a causa de un súbito malestar, se cambia de ropa, aparece en seguida listo para salir a la calle, declara que se va, lo hace después de una corta despedida, cada uno según la velocidad con que cierra de golpe la puerta, y cree dejar detrás un enfado mayor o menor; cuando se vuelve a encontrar en la calle, con los miembros ligeros, gracias a la inesperada libertad que se les ha otorgado; cuando a través de esta resolución siente cómo toda la capacidad de decisión se ha acumulado en su interior; cuando reconoce, con mayor importancia de la acostumbrada, que tiene más fuerza que necesidad de realizar el cambio y soportarlo; (...)


miércoles, agosto 03, 2005

Teología

El eminente teólogo Escac Folment ha escrito recientemente un estudio del que quisiera hacerme eco. Tras sopesar detenidamente las incontables reliquias de la cruz de Cristo repartidas a lo ancho del mundo, ha llegado a la conclusión de que todas esas toneladas de madera conservadas en iglesias y monasterios no pertenecen a la Sagrada Cruz, sino al Arca de Noé.


lunes, agosto 01, 2005

Enfermedades

Climacofobia, terror patológico a las escaleras.

Clinomanía, tendencia patológica a permanecer acostado.