martes, marzo 07, 2006

Crónica desde mi mesa

El plato que estaba apoyado encima de la taza ha caído sobre el otro plato con un arte digno del mejor trapecista. Casi casi ha planeado por aire con el tenedor y el cuchillo en paralelo haciendo equilibrismos en el borde. Lentamente ha descendido sobre el otro plato y ha hecho un movimiento de vaivén o de ola hasta quedar ambos encajados con un golpe sordo y prolongado; en ese momento los dos cubiertos, que nunca han dejado de estar en paralelo, se han deslizado hacia el exterior y han salido suavemente disparados hasta aterrizar sin prisa en el suelo del cuarto.