El supermercado que hay debajo de mi casa lleva todo el día sin luz. He entrado a comprar cebollas y, como si las estanterías estuvieran repletas de magdalenas proustianas, el olor me ha trasladado a las tiendas de los cámpings donde de niño pasaba los veranos con mis padres.
He concluido que las tiendas de los cámpings donde iba con mis padres acumulaban bastante comida en mal estado.
He concluido que las tiendas de los cámpings donde iba con mis padres acumulaban bastante comida en mal estado.
4 Comments:
vaya, veo que no tienes muchos comentarios.
Yo también viajaba con mis padres de niña, de camping en camping.
A mí lo que me trae recuerdos es el olor a plástico de la tela de la tienda.
Adoro ir de camping.
Doprmir en mi tienda, que usé desde niña, es viajar en un mar de recuerdos. La misma tienda en la que de niña dormía con mi perra, que más tarde me llevé a festivales, o donde follaba con Felipe hasta caer rendida....
...pero es la vida real.
Lamento tu desaparición del blog. Echo de menos leerte.
¿Por qué has dejado de escribir?
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